
Les plantearía también que indagasen la relación de este cartel y el de la película Coco avant Chanel con el metro de Paris.
La polémica que estos días aparece en los medios de comunicación franceses puede permitirnos reflexionar sobre lo absurdo de muchas actuaciones en nuestras sociedades y hasta qué punto el sentido común parece estar muy cercano al ridículo más espantoso.