
A veces, cuando uno recuerda a personas o situaciones que ha conocido a lo largo de su vida, tan dulces al recuerdo, antes ni siquiera de articular palabra, una sonrisa nos ilumina el rostro. Tal vez sea ésa la prueba natural del agradecimiento.
Contemplo la imagen por la que he andado muchas veces y me emociono, entonces una sonrisa me trae a la memoria a todas esas personas que me han ofrecido generosamente tantas oportunidades de aprender.
Gracias, a mis colegas de francés, al profesorado de los centros bilingües, al profesorado en general, a mis compañeras de la comisión provincial de Plurilingüismo, a la red asesora, y a las personas que nos ilustraron con sus ponencias.
Sin duda, tengo que dar GRACIAS con mayúsculas a mis compañeras y a mis compañeros del CEP de Sevilla con quienes he soñado, me he ilusionado, me he emocionado, de quienes tanto me queda por aprender y quienes irremediablemente forman parte de mí como órganos vitales.
GRACIAS